lunes, 7 de abril de 2008

La extensión de la narración personal

El pasado jueves, día 3, les comenté a los alumnos la posibilidad de que hicieran una narración personal de lo que ha supuesto la asignatura Desarrollo Psicomotor a cada uno de ellos. Debían de poner en palabras escritas no las competencias adquiridas, no los conceptos teóricos trabajados, no las dificultades superadas, sino lo que cada sujeto alumno ha descubierto a lo largo del desarrollo de la asignatura.
Descubrir en el sentido de habérsele revelado algo que le haya llevado a replantearse su concepción de la educación infantil a partir de lo que acontece en el aula de psicomotricidad. Descubrir en el sentido de transformación de la idea de aprender a partir de haber trabajado, y aprendido, en comunidad (de aprendizaje). Descubrir en el sentido de captar lo que las nuevas tecnologías pueden aportar al desarrollo de estas comunidades trascendiendo a la fascinación que pueden ejercer sobre el sujeto del siglo XXI. Descubrir en el sentido más personal y amplio que cada uno de los alumnos quiera desplegar.
Les indiqué que, con esa finalidad, debían de escribir una carta en primera persona y que ésta debía de tener una extensión de 1000-1200 palabras. Pensaba con esto que la extensión garantizaría, si no la calidad, sí por lo menos la cantidad de trabajo. Pero es que en esta tarea lo menos importante es la cantidad. Una frase, un párrafo pueden dar cuenta de la modificación subjetiva experimentada. Ya han trabajado en extensión y cantidad a lo largo del curso. Es el momento de concluir y no de repetir lo producido o sus hitos más importantes. Y la conclusión puede ser muy breve, pero muy verdadera. En la próxima sesión les hablaré de esto.

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